Miretsiz
Presentación
«Estoy tocando la música que me sale del corazón y estoy ilusionado». Esto es lo que Mikel Artieda le confesó a una periodista al final del verano de 2024. Justo cuando el disco Miretsiz (Admirando) iba tomando forma en su interior. Para entonces las ideas ya habían llegado desde el corazón hasta el cerebro, y ya había invitado a la fábrica a los compañeros artesanos que le ayudarían a obrar el milagro. No tuvo que dar demasiadas explicaciones a Ander Zulaika y Javier López Jaso, a quienes tuvo a su lado pocos meses atrás, el primero tocando la batería y el segundo con su acordeón, en el recital de clausura del máster de jazz. Simplemente les propuso seguir siendo compañeros de viaje para ir descubriendo nuevos paisajes. Y con ese objetivo, convencido de que la expedición ganaría aún más incorporando una cantante a la tripulación, convenció a Leire Berasaluze para que se sumara al proyecto con toda la gama de colores de su voz, para esculpir también con palabras el nuevo disco.
Cuando empiezo a hablar de Mikel Artieda, no puedo evitar que me vengan a la cabeza imágenes de la cocina de nuestra casa y del rostro de un chaval de ocho o nueve años tocando allí el acordeón. Sus dedos danzantes convertían en música el viento de un fuelle que parecía embrujado, y diría que hasta el propio muchacho se asombraba. A los que estábamos a su alrededor se nos iluminaba la cara, maravillados, y a él aún más que a nadie. Seguramente aquellos dedos tan hábiles valdrían también para hacer obras de arte trabajando la madera, como lo hacían los de su padre, pero luego empezaron a rasguear las cuerdas de la guitarra, mientras la rueda del tiempo seguía girando, hasta que aquel chico llegó a ser uno de los mejores bajistas de Euskal Herria.
Mikel Artieda ha sido durante muchos años pieza fundamental en grupos liderados por otros músicos, miembro fijo en algunos de ellos, e intermitente en otros. Ha actuado en multitud de escenarios, ha participado en más de 50 discos, ha recorrido infinidad de kilómetros por tierra, mar y aire. Dando todo de sí para otros, y junto con otros. Pero también ha sentido siempre el impulso de crear su propia obra. De esa manera, ha publicado dos discos instrumentales con composiciones propias (M. Artieda y Bidai), y ahora se nos presenta con un tercer trabajo, en el que también ha incluido textos y una voz cantante.
A día de hoy, Mikel Artieda acumula una gran experiencia como persona y como músico, que hace que sea poseedor de un humus de gran riqueza. De ahí nace este emotivo Miretsiz con el que nos obsequia hoy. Últimamente, también le han influido las reflexiones de Chema Vílchez, puesto que el músico, escritor y pensador madrileño ha sido su profesor en el máster de jazz que acaba de cursar. Ese sería su último sedimento, la última capa de esa masa fértil de Mikel.
Para llevar a cabo este trabajo, se ha despojado de todas las cargas que nos ralentizan el paso y se ha quitado las piedras de los zapatos. También ha disipado la contaminación tóxica que enturbia el ánimo y no nos permite ver el firmamento. Se ha sumergido hasta el núcleo de su alma, para crear desde lo más auténtico de sí mismo. «Estoy tocando la música que me sale del corazón».
Miretsiz (Admirando) se titula este nuevo disco. Aquel chaval que se sorprendía creando música sigue habitando en el Mikel Artieda de hoy. Se fascina oyendo una voz que le hechiza o contemplando el cielo rojo de un amanecer. Pero también ha aprendido que tras la luz viene la oscuridad. Tiene muchas preguntas sin respuesta. Va avanzando por su camino; no quiere dejar ni un solo rincón sin visitar; y quiere sentir al máximo cada momento. Ocho hermosas canciones (siete más una), dedicadas a la vida.
Mikel Taberna Irazoki (diciembre de 2024)
Los músicos
Voz: Leire Berasaluze
Bajo: Mikel Artieda
Acordeón: Javier López Jaso
Batería: Ander Zulaika
Las letras: Mikel Taberna & Mikel Artieda
Ingeniero de sonido: Gorka Urra
Grabado en directo el 17 de noviembre del 2024 en el estudio Lezoti